16/06/2021 – El padre Nelson Stañulis es el vicario general de San Roque (Chaco) y además el rector del seminario diocesano Cura Brochero que funciona en la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña. #Mi vida está llena de providencia”, dijo el presbítero que ha recibido apoyo del Fondo de Ayuda para la Formación de Sacerdotes (Fonsac), al reseñar su testimonio. “Nací en una colonia, Pampa Aguará, a 30 kilómetros de Sáenz Peña. Somos 3 hermanos varones, yo soy el del medio. Mis hermanos hoy ya tienen sus familias. Aguará es una colonia donde las casas están distantes unas de otras, con poca población. Para ir a la escuela hacíamos 4 kilómetros junto a mis hermanos y otros chicos vecinos. Mi abuela materna era paraguaya y mis otros abuelos eran lituanos. Un poco heredé la fe de ellos. Cuando era joven leí un libro sobre san Francisco de Asís, eso me impactó mucho en mi proceso de conversión y crecimiento en la fe”, recordó el sacerdote.
Al hablar de su vocación, el padre Nelson indicó que “aunque hoy en la distancia, con 11 años de ministerio, puedo ver y valorar desde la fe que el Señor de alguna manera me fue preparando para el llamado a la vida, al ministerio sacerdotal desde la adolescencia, lo cierto es que la inquietud propiamente dicha sobre la vocación sacerdotal surgió muy clara y fuerte cuando cumplía los 20 años de edad. Nací, me crié y vivía hasta ese momento en una zona rural junto a mis padres, abuelos y dos hermanos, distante uno 30 kilómetro de la ciudad más cercana… Había heredado la fe sencilla de mi abuela materna, transmitida a mi mamá sobre todo, pero no éramos una familia que frecuentábamos la iglesia. Primero por la sencilla razón de que no teníamos una capilla o iglesia cercana. Durante esos años se había comenzado la construcción de una capilla en honor a san José, distante unos 10 kilómetros de mi casa. No teníamos medio de movilidad fuera de la bicicleta. En esa comunidad naciente, perteneciente a una parroquia de la ciudad, el sacerdote comenzó a celebrar la misa mensualmente, pero tampoco frecuentábamos las Misas, fuera de alguna visita de la Virgen peregrina de Itatí, la fiesta patronal de san José”.