A la fundación FONSAC y a todos sus benefactores
Queridos hermanos:
Aprovecho este día de san Cayetano para contarles que hace un par de semanas concluí la cursada de la Maestría en Teología (con especialización en teología dogmática) en la Universidad Católica Argentina. Restan algunas cuestiones de práctica de la investigación y, luego, terminar y presentar la tesis que estoy lentamente preparando.
Decía que aprovecho el día de san Cayetano, porque este santo está vinculado no solamente a la búsqueda del trabajo digno para llevar el alimento a nuestra mesa familiar, sino también (y primeramente) a la formación y al cuidado del clero. El deseo de Cayetano era que los sacerdotes seamos santos en nuestra vida y estemos bien formados, para poder servir mejor a la Esposa de Cristo. Por eso, san Cayetano es patrono, también, de la renovación y de la formación del clero.
Y en este día, haciendo memoria del camino de estos tres años y medio de posgrado, no tengo más que agradecer por todos aquellos que, a través de la fundación FONSAC, con su oración, cariño y esfuerzo, me fueron sosteniendo los estudios para profundizar en temas tan importantes como la Santísima Trinidad, la eclesiología, la escatología. Gracias a la colaboración de tantos que aportan, comencé a zambullirme en cómo se elabora una investigación académica, científica y teológica.
Con este corazón agradecido por este tiempo de ayuda, me sigo encomendando a sus oraciones en la preparación de la tesis (cuyo tema está orientado a la antropología teológica en el rito exequial), y también en mis diversas actividades pastorales: la parroquia, los colegios, los servicios diocesanos, y otras. ¡Vale el esfuerzo colaborar en la formación sacerdotal! ¡Sigan adelante!
Fraternalmente,
Pbro. Claudio Matías Barrio De Lázzari
Arquidiócesis de Buenos Aires