Hemos iniciado una campaña de recaudación de fondos en reemplazo del evento cultural anual que se suspendió por las razones de público conocimiento. Una vez más recurrimos a Uds. que nos apoyan en esta delicada tarea de ayudar económicamente, con una contribución mensual o por única vez, a que sacerdotes y seminaristas de nuestro país puedan recibir una formación de calidad. Los becados regresan a sus diócesis donde ponen sus conocimientos al servicio de los fieles.
En la vida de la Iglesia es muy importante apoyar económicamente, con una donación generosa, la formación de sacerdotes santos y con buena formación. Una vez más solicitamos su compañía en este esfuerzo que será recompensado con la oración diaria de los beneficiados por sus benefactores.
Como dijo una persona "No hay nada que me ayude más que saber que están rezando por mí cada día".

Gracias a tu esfuerzo y el de nuestra comunidad de donantes, hemos contribuido a la formación de más de 280 sacerdotes y seminaristas argentinos en su camino de fe y servicio. El impacto de su vocación - enriquecida con una formación humana, espiritual y pastoral - es inconmensurable, y un aporte por la transformación de nuestro país.
Ellos ofrecen su vida a nuestro servicio y hoy tenemos la oportunidad de seguir retribuyendo con gratitud para fortalecer su formación.

Te invitamos a acompañarnos para que vivan su vocación en plenitud con tu donación mensual de:

Padre Jorge J. López, Diócesis de San Luis, Doctor en Filosofía por la Universidad de la Santa Cruz en Roma y candidato al doctorado en Bioética en la misma Universidad. Su formación académica le ha posibilitado participar en la redacción de la currícula de la materia Bioética para el nivel de educación secundario de la Provincia de San Luis. Tenemos una oportunidad con FONSAC para apoyar la formación de sacerdotes que estará a disposición de la sociedad en su conjunto. #No dejemos solos a los sacerdotes!

Ver Video

Francisco Varo Pineda - Profesor de Sagrada Escritura - Universidad de Navarra

Hoy día hay padres que prefieren esperar a que sus hijos crezcan para que, cuando tengan suficiente capacidad de tomar decisiones propias, puedan decidir libremente si se bautizan o no. La razón parece lógica: las decisiones que tienen consecuencias importantes han de ser libremente tomadas, y pocas cosas hay más importantes en la vida que incorporarse o no a la Iglesia, que ser cristiano o no. En cambio, muchos padres católicos bautizan a sus hijos a los pocos días de nacer, y no piensan que estén coartando la libertad de sus hijos, ni condicionando injustamente su futuro. Parecen personas razonables. ¿Lo son realmente?

Leer más